Palabras escritas

        Los tres estamos en el salón, con los móviles encendidos y la tele de fondo. Hay mucho ruido, las risas resuenan por la habitación con la comedia de situación. Mi compañero y yo hablamos de las clases de mañana, de alguna lectura e ironizamos sobre la política parlamentaria. Pero está cansado y se va a dormir. Ella bosteza y me mira con los ojos rojos, sonríe y me da las buenas noches antes de irse también a dormir.        Se cierra la puerta y me quedo solo, con el móvil y la televisión mientras termino de fumar. Me quedo mirando el hilo de humo que sale del cigarro y como baila en el aire de la habitación. Se apaga el móvil. Sigo fumando, y me acerco a la ventana.        Todo está oscuro, parece que a la ciudad le cuesta existir. La televisión se apaga y solo queda silencio, silencio iluminado por la bombilla. La imagen de la sala es estática. Miro, mira o miras la habitación. Esta quieta, no se mueve, no hay nadie, ¿estoy yo? debería, veo mis manos, tus manos o

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! César Vallejo Necesito un espacio, estoy buscando un espacio. Un espacio colectivo, antifascista, feminista, un caballo de troya contra el capital. Un lugar de resistencia. Tengo que crearlo, necesito ayuda, necesito gente, necesito leer, necesito comprender y aprender. Tengo que encajar las piezas. Hacer visible aquello donde no se a repartido la sensibilidad. Llegar a donde nadie ha querido ir. Pero no sé dónde está ese lugar, no sé dónde está esa gente ni se cómo se crea ese espacio. No sé si existe ya ese espacio. No sé nada. ¡Yo no sé! Quizá este no sea el espacio o puede que deba ser irónico, antiespacial, individual, violento misógino, autoritario. Si algo sé, y no se nada, es que en el sensorium colectivo de la realidad solo se crea ruptura y movimiento ante la negación y el rechazo. Entonces se tiene que educar por medio de la antienseñanza, o me equivoco y a la vez tengo la razón. Por lo que el espacio tiene que ser re